PROCESO DE RECICLAJE DE PLÁSTICOS
- Madina Palade
- 18 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 ene 2021
El reciclaje es el tercer componente clave de la conocida regla de las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar. Este consiste en transformar residuos usados en nuevas materias primas listas para ser usadas de nuevo, pero, ¿sabemos realmente cuáles son los pasos a seguir para conseguirlo?
Es importante conocer el proceso de reciclaje puesto que nos acerca más a saber por qué tiene tanta importancia para nosotros y así poder tomar las medidas adecuadas para que este sea mucho más eficaz. Sobre todo, teniendo en cuenta que, según los últimos informes, aún se recicla menos de la mitad de los residuos recuperables, de modo que todavía falta mucho trabajo por hacer.
Hoy comentaremos en qué consiste el proceso de reciclaje de los plásticos, uno de los materiales más reciclados en nuestro país y en el mundo.

Las tres principales finalidades del plástico reciclado son la reutilización directa, el aprovechamiento como materia prima para la fabricación de nuevos productos y su conversión como combustible o como nuevos productos químicos.
En concreto existen tres tipos de reciclaje:
Reciclaje mecánico: método que consiste en separar los plásticos por clase, lavarlos y triturarlos hasta convertirlos en pequeños trozos que se fundirán en moldes para producir nuevos productos.
Reciclaje químico: método que consiste en la degradación del plástico mediante calor para convertirse de nuevo en moléculas simples que se reutilizan como materia prima.
Recuperación energética: método que convierte el plástico en un combustible para la generación de energía.
En España el reciclaje mecánico es el más extendido seguido del químico. El vertedero sigue siendo el destino en mayor medida para todo el plástico que se desecha en este país, alcanzando el 65%. Aun así, aquí se reciclan los cuatro grupos de plásticos: botellas y refrescos, briks y detergentes, bolsas y filmes, y yogures y bandejas, mientras que el resto de países de la Unión Europea se centran en uno o dos de estos grupos.

Su proceso de reciclaje varía en función del tipo de material que se quiere recuperar, aunque siempre empieza con la separación y clasificación, para facilitar el resto de tareas.
Estos desechos tienen que recibir un tratamiento con muchos pasos para conseguir un resultado óptimo. En el caso del plástico, la principal dificultad es que existen una gran diversidad de componentes plásticos, por lo tanto, la separación es más difícil, pero no imposible.
En primer lugar, se separan los materiales si no son aptos por su tipología, es decir, si llevan etiquetas, restos o tierras se desechan, y también se clasifican por colores.
Después las piezas de plástico se rompen y se trituran en trozos muy pequeños, lo que se conoce como granza, para así facilitar el tratamiento.
En tercer lugar, las piezas se lavan de tal manera que el plástico se queda mojado y en el fondo del lavadero se quedan las impurezas más densas como tierra, piedras o cartón.
Luego se procede al secado y centrifugado. Este paso sirve para eliminar cualquier otra impureza que haya podido quedar.
A continuación, a través de un proceso mecánico, se homogeneiza para lograr un color y textura uniforme.
Y, por último, el granceado, donde se obtienen unas bolitas pequeñas (granza) que se almacenan en sacos para su uso como nueva materia prima disponible para nuevas aplicaciones.


Es increíble ver que los desechos que hemos tirado a la basura puedan tener una segunda vida útil a través del reciclaje, así que recicla tú también, no esperes que el mundo cambie solo.
Y recuerda tirar el plástico al contenedor amarillo.
Aquí tenéis un ejemplo más visual creado por la compañía Repsol sobre el comienzo de una nueva vida más sostenible reciclando plástico.
Comments