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CAMBIO CLIMÁTICO Y EMPRESA: casos desfavorables.

  • Foto del escritor: Sofía Martínez
    Sofía Martínez
  • 28 nov 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 12 ene 2021

Como avanzamos en el anterior post vamos a hablar de cómo no se debe afrontar el problema del cambio climático y de empresas en riesgo de desaparición si no cambian su forma de actuación y reorganizan su visión a largo plazo.


Una de las industrias que corre peligro es la de las petroleras, la mayoría parece que no creen en el cambio climático o por lo menos eso demuestran con sus actividades. A pesar de la creciente preocupación por la crisis climática, la demanda de petróleo está aumentando y la industria de energía debería crecer. Por ello se planean inversiones multimillonarias para satisfacerla. Ninguna empresa encarna esta estrategia mejor que ExxonMobil, el gigante estadounidense que sus rivales admiran y los activistas verdes aman odiar. Como explica un informe de The Economist, ExxonMobil planea sacar un 25% más de petróleo y gas en 2025 que en 2017. Lo que significa que, si el resto de la industria busca también un crecimiento, por pequeño que sea, las consecuencias para el clima podrían ser desastrosas.



Por otra parte, la industria de la moda es la segunda más contaminante después de la petrolera. Cada segundo, el equivalente a un camión de basura de textiles se tira o se quema. Los tejidos sintéticos de la ropa liberan al año medio millón de toneladas de microfibras al océano, lo que es igual a más de 50 mil millones de botellas de plástico, indica el informe A new textiles economy: redesigning fashion’s future de la Fundación Ellen MacArthur.


Dentro del sector podemos destacar VICTORIA'S SECRET que además de aparecer en diferentes informes de Greenpeace como una marca muy contaminante y de utilizar químicos tóxicos en su producción, se había comprometido a disminuir la contaminación que estaba causando en su proceso, sin embargo, en los últimos estudios realizados a esta marca los resultados no tuvieron un cambio significativo. Es decir, siguen contaminando aún después de haber tenido llamados de atención respecto al tema.



Dejando de lado las empresas que deben cambiar sus hábitos por el bien de la sociedad, nos encontramos con otras compañías amenazadas por las posibles consecuencias del cambio climático y que deben buscar soluciones.

Por ejemplo, Intel tiene muchas de sus operaciones ubicadas en regiones semiáridas y áreas con estrés hídrico, como Israel, China y el suroeste de los Estados Unidos. Esto supone que si el cambio climático causa sequías más prolongadas en esas áreas, podría subir potencialmente los costes del proceso de fabricación ya que la producción de sus procesadores depende del acceso al agua.


Esto fue revelado para el informe anteriormente mencionado de CDP. En este, Disney también habló del peligro que supone para sus parques temáticos el aumento de las temperaturas que ya está afectando a la comodidad, a la salud y al bienestar de los clientes. Si no se toman medidas para garantizar alternativas de bajo coste para el enfriamiento y la gestión de temperaturas extremas, esto no solo afectará negativamente la experiencia de sus clientes, sino que también afectará la capacidad para atraer y retener el número de visitantes.



Podríamos hablar de muchos más casos, pero nos quedamos con la idea de que las empresas deben prepararse para estos cambios si quieren subsistir, y que además deben ser impulsoras del compromiso medioambiental por el bien común. Las empresas necesitan ir más allá de los beneficios económicos para frenar la tragedia climática. Como con cualquier gran cambio esto supondrá que nos encontremos con ganadores y perdedores. Pero si no actuamos ahora, todos seremos perdedores porque nos veremos obligados a vivir en un planeta que alcanzará los cuatro grados de temperatura y las consecuencias serán devastadoras para la Tierra.


 
 
 

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