REVERSE VENDING
- Madina Palade
- 7 ene 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 ene 2021
El reverse vending es una nueva tendencia del sector las máquinas expendedoras. Como su nombre indica, en estas máquinas el proceso de venta se invierte. Son unas máquinas de reciclaje de residuos con forma de máquina expendedora. El usuario no adquiere un producto, sino que es él quien lo introduce en la máquina. Suelen ser envases utilizados como papel, plásticos, latas, vidrio, botellas PET, etc. y a cambio de reciclar recibe un incentivo en forma de dinero en metálico, descuentos, premios o tarjetas de fidelización. Es simbólico en la mayoría de casos, pero que en suma puede suponer un pequeño ahorro para tu bolsillo.
Su funcionamiento es muy sencillo. Las máquinas poseen un dispositivo que reconoce la densidad del material a reciclar. Una vez se ha introducido el producto, la máquina separa según el tipo de residuo (si es de las que acepta varios tipos de material), lo comprime y lo almacena en su contenedor correspondiente.

Para las empresas colocar una máquina de reverse vending, junto a las otras máquinas expendedoras puede aportar muchos beneficios. Principalmente a su imagen de marca ya que así tramiten una imagen de responsabilidad medioambiental. Los consumidores cada vez están más concienciados con el respeto al medio ambiente y contar con una máquina así puede ser un factor decisivo para que los trabajadores se sientan más a gusto en la empresa y los clientes se decidan a contratar sus servicios.
La preocupación por el medio natural es uno de los focos de atención y mediáticos. No es un problema actual, sino que lleva años. La diferencia es que ahora los estudios que informan sobre sus consecuencias y la participación ciudadana están a la orden del día. Afecta a todos los países del mundo, sin excepción. Por eso, conocer propuestas sostenibles que triunfan en distintas partes del planeta es recomendable para todos.
Hay numerosos científicos que llevan años estudiando el problema, y parece que se empiezan a tomar cartas en el asunto. La mayoría de países del mundo se han comprometido a reducir sus emisiones de efecto invernadero, aunque no ocurre lo mismo en algunos de los más contaminantes.
En Alemania llevan ya varios años innovando en este sentido. En 2003, el gobierno impulsó el sistema Pfand (depósito, en alemán), por el que los supermercados te pagan por reciclar. Cuentan con máquinas donde los ciudadanos pueden depositar residuos a cambio de entre 8 y 15 céntimos por envases reutilizables y hasta 25 por envases de un solo uso. Las máquinas leen la etiqueta de cada producto y le asignan su valor de forma automática.
Un estudio de la consultora Roland Berger señala que el 95% de las botellas y de las latas vacías se devuelven y solo el 5% no.
Alemania fue el primer país en hacerlo, pero no es el único. Dinamarca, Bélgica, Noruega y más de 40 países por todo el mundo han incorporado la iniciativa. Las cifras de recuperación de los envases reutilizables son muy superiores a las de España, donde el concepto aún está desarrollándose.
Pero, aunque más despacio, avanzamos también. Varias ciudades españolas ya cuentan con máquinas de este tipo. Zaragoza, La Rioja, San Sebastián, Asturias, Pontevedra, Toledo, Cataluña, Murcia, Jaén, Sevilla, Cádiz y Canarias disponen de éstas, aunque de momento la cantidad que pagan a los ciudadanos es muy inferior a la de los vecinos de Europa: un céntimo por envase.
Desde 2016 las máquinas para reciclar envases han empezado a verse y poco a poco más entidades se suman a la iniciativa. Lo ideal sería que los supermercados incluyesen estas máquinas en sus establecimientos y animaran al consumidor a reciclar.
¿Qué te parece la iniciativa? ¿Crees que hacen falta más máquinas de estas en España?
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