EMPRESAS VERDES
- Alba Lopez Diaz
- 19 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 ene 2021
En tiempos en los que el medio ambiente tiene un lugar importante en los objetivos de todo el mundo, las corporaciones dedican mayores esfuerzos por incorporar medidas en las empresas y ejercer un menor impacto en el planeta. A día de hoy, los objetivos de las empresas no solo están orientados a la viabilidad económica, sino que parte de ellos luchan por alcanzar metas de protección ambiental.
Es cierto que muchas empresas verdes desarrollan una actividad que les obliga a mitigar el impacto negativo que ejercen sobre el medio ambiente, y, paradójicamente, es eso lo que las convierte en pioneras de la sostenibilidad. Pero, sin importar el sector al que se dediquen, lo cierto es que crean herramientas ecológicas valiosas y sirven de guía para muchas otras.
Al contrario de lo que muchos piensan, ser una empresa verde no significa únicamente dedicarse a un sector relacionado con el medioambiente, como podría ser por ejemplo la comercialización de energías renovables o la gestión de un negocio de agricultura ecológica.
Todos las compañías pueden transformarse en empresas verdes, porque ser verde es otra cosa. Se trata de repensar todos los procesos de producción y comercialización de los productos y servicios con el objetivo de causar el menor impacto posible en el medioambiente.

Además, tiene numerosas ventajas, como; Optimizar recursos, reducir la contaminación y los impactos ambientales, tener un producto más competitivo, reducir costes, un valor agregado socio-ambiental, mejora de las condiciones de vida dentro y fuera de la compañía, mayor nivel de ingresos, combaten el cambio climático, reducen la contaminación y son eficientes gracias a su filosofía.
Por esto, cada vez son más las empresas que buscan sistemas de gestión respetuosos con el medio ambiente, que permitan una gestión eficaz a la vez que sostenible. Una gestión que no perjudique al entorno que rodea a la empresa y la incluya dentro de las denominadas «Empresas verdes». Esta preocupación hizo posible que se desarrollaran diversos estándares que describen las condiciones que deben reunir este tipo de sistemas de gestión y los requisitos necesarios para su implementación. Se trata de la familia de la norma ISO 14000 y la norma ISO 50000.
Norma ISO 14001 de Sistema de Gestión Medio Ambiental. Su propósito es fijar estándares para un manejo ambiental en cualquier organización de carácter privado, público o mixto. Para ello, primero, exige a las compañías el respeto por las leyes ambientales a nivel local, regional o nacional; después, detalla procesos, metas y actividades para hacer efectivo dicho propósito.
Norma ISO 50001 de Sistema de Gestión de la Energía. Esta normativa está orientada a fijar estándares sobre el uso de la energía: efectividad, seguridad, desempeño, eficiencia y consumo. La idea es que las organizaciones de todo tipo reduzcan el uso de este recurso y, asimismo, disminuyan la emisión de gases de efecto invernadero. Está basada en las normas ISO 14001 e ISO 9001.
Como se ha venido señalando, estas dos normas son complementarias. Una empresa comprometida con el medio ambiente, en general, debería plantearse la opción de integrar ambos sistemas y mejorar los procesos que ayuden a conservar el medio en el que habita y promueva un consumo responsable y sostenible.
Además, la implementación de estas dos normas, tanto de forma separada como integrada, es más fácil y eficaz si se seleccionan las herramientas tecnológicas adecuadas.
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